«Esto es ahorrar…


…en principios»

Repasando el código deontológico de la FAPE (ese texto que todo periodista debe respetar), me he encontrado con esto (las negritas son mías):

«A fin de no inducir a error o confusión de los usuarios, el periodista está obligado a realizar una distinción formal y rigurosa entre la información y la publicidad.
Por ello, se entiende éticamente incompatible el ejercicio simultaneo de las profesiones periodísticas y publicitarias.
Igualmente, esta incompatibilidad se extenderá a todas aquellas actividades relativas a la comunicación social que supongan un conflicto de intereses con el ejercicio de la profesión periodísticas y sus principios y normas deontológicas»

El artículo 18  dice expresamente que no se puede compaginar ser periodista con ser la imagen de una marca. Algo que vemos que no se respeta: aquí, aquí, y aquí). Algunos incluso recuerdan que son periodistas en una especie de ironía macabra como aquí. Y más que me han dicho: Mónica Carrillo, Olga Viza, Pedro Piqueras, David Cantero… (gracias Ana Isabel MartínezC0rvid0Ángeles Gil Medina, Salvemos Telemadrid, Alberto Iglesias y Xosé Alberte).

Fuente. Clasesdeperiodismo.com

Las empresas de publicidad aprovechan el prestigio y credibilidad de estos profesionales para vender un producto que, en algunos casos, tiene una utilidad dudosa. La FAPE aconseja que, para «no inducir en error» a los espectadores, los periodistas no deben ser la imagen de una marca de ningún tipo. Imagino, -he preguntado y estoy a la espera de respuesta, de la cual informaré en twitter-, que se refiere a cualquier tipo de marca.

Ana Isabel Martínez*, estudiante de periodismo de la Universidad de Vallodolid , cree que, por un lado, está bien porque «se asocia al periodista con la credibilidad», pero que «pierden rigor» al convertirse en imagen de marca.

Helena Dávalos, estudiante del Master de Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos, es más radical:  «es una prostitución de la profesión».

Rodolfo Irago, periodista en la SER, contesta que «yo siempre he sido partidario de que los periodistas no hagan ningún tipo de publicidad directa».

José María Martín, periodista del 20 Minutos, piensa lo contrario. No le parece mal pero insiste en que son famosos, por eso tienen cierto reclamo publicitario. Añade que «se juegan su credibilidad -algo primordial para un periodista-, así que imagino que estarán seguros de lo que anuncian».

Parecido piensa Cristina del Gallego, estudiante de 3º de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, que dice que pueden hacerlo como cualquier otra persona, pero le parece «mejor que usen su imagen para otros fines solidarios».

 

Por mí parte, pienso que un periodista, que tiene un compromiso con la verdad, no debe venderse ante las marcas comerciales, porque la publicidad es engañosa por definición: altera la realidad, vende lo bueno y «olvida» los defectos… Por el mismo motivo, se deberían reducir la información de Relaciones Públicas en informativos y olvidarse de las noticias-declaraciones, que son simple publicidad.

Luego está el caso de ONG o asociaciones solidarias sin ánimo de lucro, estoy más indeciso, porque, por un lado, las asociaciones de este tipo no piden beneficios, pero, de nuevo, el periodista está posicionándose. Y en los casos de anuncios en el medio en que trabajan, creo que no hay problema en que lo hagan, pues ya son una imagen de ese medio con su trabajo diario.

A raiz de esto, es interesante este post en 233grados.com.

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*Nota: las declaraciones han sido obtenidas en Twitter.

Ana Isabel Martínez

Helena Dávalos

Rodolfo Irago

José María Martín

Un comentario en “«Esto es ahorrar…

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